Tener una buena autoestima es más importante de lo que te imaginas, pues quienes no están contentos consigo mismos, tienen fuertes probabilidades de desarrollar enfermedades como la depresión y la ansiedad, además de entrar en un círculo vicioso en el que pueden desarrollar adicciones, exponerse a situaciones de abuso o bien, mantenerse alejados de sus metas y verdaderos deseos.
Increíblemente, muchas personas sufren de baja autoestima sin siquiera ser conscientes de ello. ¿Cómo percatarte si tú o alguien que conoces son una de ellas?
Échale un vistazo a los siguientes puntos:
-
Miedo a ser juzgado. Vivir en base a lo que pueda decir o pensar el resto del mundo, no es sano ni realista. Alguien con buena autoestima va por la vida, haciendo lo que le hace sentir bien, sin fijarse en los prejuicios.
-
Dificultad para tomar decisiones. ¿Necesitas consultar constantemente la opinión de otros, para decidir sobre algo? Si es así, probablemente debas trabajar en tu autoconfianza y hacerte más responsable de ti mismo.
-
Negatividad. El mundo refleja el concepto que un sujeto tiene de sí mismo. Si tu autoestima es baja, probablemente te topes frecuentemente con situaciones tristes o frustrantes, y se te dificulte pensar con alegría.
-
Necesidad de aprobación. ¿Te importa lo que piensas tú o lo que piensan los demás? Alguien con una sana autoestima sabe que no puede agradar a todos, y sigue su propio camino, sin importar las expectativas ajenas.
-
Estilo al vestir. Se tiende a pensar que quienes muestran mucha piel son más seguros de sí mismos, cuando este es otro síntoma de inseguridad. Las personas con buena estima se visten de acuerdo a su edad, figura y personalidad.
-
Obsesión con el perfeccionamiento. La ansiedad por ser el mejor en todo lo que hagas, es otra pésima señal. Una perspectiva más saludable es aceptar tus errores y aprender de ellos, en vez de pensar que te hacen un fracaso.
-
Envidia. ¿Sabías que este sentimiento es un síntoma de baja autoestima? Quienes se quejan constantemente de que a los demás les va mejor que a ellos mismos, necesitan empezar a valorarse de manera positiva.
-
Problemas para aceptar los elogios. El negar los cumplidos o incluso asumir que no son en serio, es propio de los individuos que tienen una mala imagen de su persona. El agradecimiento es la reacción más propia y esperada.
-
Relaciones no armoniosas. Quienes tienen problemas para aceptarse a sí mismos, son más vulnerables a situaciones de abuso verbal, físico y psicológico en sus relaciones, pues experimentan temor a estar solos.
-
Decir no. A la gente con autoestima baja le cuesta negarse a las peticiones de otros, desarrollando una culpa injustificada. Eso no sucede con quienes saben valorarse a sí mismos.
Aceptarse a uno mismo es un trabajo de todos los días, pero puedes empezar a hacerlo siendo más consciente de las cosas positivas que existen en ti, volviéndote optimista y ocupándote de tu persona con cariño. ¡Sé tu mejor amigo!