Volar en avión puede ser toda una aventura, en especial una vez que te enteras de ciertos detalles que, sin imaginártelo, podrían hacer tu viaje más confortable o interesante de lo que nunca llegaste a creer. No todos son conscientes de ellos.
Estos son 10 secretos que generalmente, solo se saben entre la tripulación de los aviones…
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Es recomendable que lleves tus propias mantas y almohadas. Si bien las reparten cuando es necesario, es raro que las laven, solo se limitan a doblarlas. De igual manera, las charolas no suelen lavarse. Las mesas y tapetes sí, aunque nunca se sabe quien estuvo sentado en tu asiento antes. Por eso también conviene llevar un spray desinfectante contigo.
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Ten cuidado con el alcohol. A muchos les parece una maravilla que se pueda beber en los aviones, pero recuerda, no es lo mismo hacerlo volando que en tierra. En el aire, una copa de licor te afecta el doble, debido a que la altura tiene un efecto inmediato sobre la presión de la sangre. Por eso, si eres de los que necesitan beber para relajarse, no te dejes llevar demasiado.
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Existen ceniceros, a pesar de la prohibición de fumar. Se instalan en los baños, pues la tripulación sabe que hay quienes se encierran ahí para fumar a solas. Y es preferible que apaguen sus cigarrillos como es debido, a que tiren las colillas en el baño. Tómalo en cuenta si alguna vez te encuentras prendiendo uno. Pero considera también que tendrás que pagar una multa.
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No te sientes al lado del separador. A menos que te gusten los bebés. Es muy común que los pasajeros con niños pequeños, sean sentados justamente en esta zona, puesto que los separadores hacen más fácil la instalación de cunas portátiles. En caso de que no soportes escuchar el llanto de los infantes, deberías asegurarte de que te sienten en otro sitio.
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Siempre puedes pedir un plato extra de comida. A la mayoría de las personas les da pena hacer esto, pero tal vez esta información te haga cambiar de parecer. Todos los alimentos que se sirven en aviones tienen fechas de caducidad, lo que significa que al finalizar cada vuelto, tiran un montón de comida, más que nada por normas de higiene. Comiendo hasta quedarte satisfecho, le haces un favor a la aerolínea.
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Deberías beber agua solo de una botella. Según una investigación hecha por Wall Street Journal, el agua de las tomas de catorce aerolíneas contenía bacterias por cientos y muy por encima de lo permitido en las normas sanitarias. Esta estadística data del 2002, pero uno nunca puede estar seguro, ¿verdad? Por eso, lleva tu propia agua embotellada.
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Si puedes, sé el último en abordar en avión. Si bien a cada pasajero se le asigna un asiento, una vez que las puertas de la aeronave son cerradas, si quedan varios disponibles nadie podrá reclamarte por ocupar el que quieras. Es una norma general. Así que si encuentras un lugar mejor del que tenías, el viaje puede volverse más placentero.
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Antes de despegar, revisa si tienes un chaleco salvavidas. Es obligatorio que todos los asientos cuenten con uno en caso de emergencia. No obstante, hay pasajeros irresponsables que se los llevan como si fueran un suvenir y las azafatas a veces no se dan cuenta. Nunca está de más cerciorarte de que en tu lugar, este complemento está en donde debe.
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Las puertas del baño siempre se pueden abrir desde afuera. Abajo del letrero de “No fumar”, existe un mecanismo que permite desbloquear las puertas cerradas en los baños. Esta es una medida de seguridad que solo suelen conocer las azafatas, en caso de que algún pasajero se quede atorado en el interior o se haya encerrado en circunstancias indebidas.
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No debes aplaudir al final de un vuelo. Se ha vuelto algo así como una tradición que los pasajeros lo hagan cada vez que el piloto aterriza, ya sea porque quieren reconocer su trabajo o mostrarse felices de haber llegado sano y salvos. No obstante, es muy ofensivo para la tripulación que se hagan este tipo de gestos en su trabajo, el cual no debe ser tomado como juego.