Vivimos en un mundo donde la perfección está sobrevalorada, puesto que las imperfecciones son lo que nos diferencia del resto y nos hace únicos.
Asimismo solemos ser intolerantes al error sin darnos cuenta de que a raíz de un pequeño fallo puede producirse un gran aprendizaje y, por qué no, algo innovador que nos deje una nueva enseñanza, abriéndonos una nueva puerta a lo ya conocido que nos ayude a mejorar.
Este corto nos muestra como las cosas no salen siempre según lo planeado. Un abuelo que hace nubes y su nieto aprenden que las buenas ideas provienen muchas veces de accidentes felices.