Conocer a Frida Kahlo es adentrarse en el mundo de uno de lo personajes más singulares que se han dado dentro de la sociedad y la cultura a nivel mundial. A través de sus pinturas y, como no, de sus frases más célebres Frida nos ofrece una mirada muy personal, fundamentalmente, de la vida y del amor.
A continuación te ofrecemos algunas de sus citas más inspiradoras…
1. Quisiera darte todo lo que nunca hubieras tenido, y ni así sabrías la maravilla que es poder quererte.
2. El tiempo no regresa. Donde no puedas amar, no te demores.
3. Todos somos una parte insignificante pero importante de un todo del que todavía no tenemos conciencia.
4. Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.
5. Escoge un amante que te mire como si quizás fueras magia.
6. Todo puede tener belleza, aun lo más horrible.
7. Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco.
8. Al final del día, podemos soportar más de lo que creemos.
9. Lo que no me mata, me alimenta.
10. A veces prefiero hablar con obreros y albañiles que con esa gente estúpida que se hace llamar gente culta.
11. Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar.
12. Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas…
13. La belleza y la fealdad son un espejismo porque los demás terminan viendo nuestro interior.
14. ¿Qué haría yo sin lo absurdo y lo fugaz?
15. Dame ilusión, esperanza, ganas de vivir y no me olvides.
Frida Kahlo, el rostro detrás de la artista
Entre las variadas personalidades que se han destacado en México, Frida Kahlo sigue siendo hasta el día de hoy una de las más importantes, causando fascinación tanto con su obra como por las circunstancias que envolvieron su vida. Nacida el 6 de julio de 1907 dentro del barrio de Coyoacán, en la célebre Ciudad de México, fue una de las cuatro hijas del fotógrafo de origen alemán Guillermo Kahlo y su esposa mexicana Matilde Calderón.
Ya desde niña habría de pasar por adversidades, pues con seis años de edad, sufrió una poliomielitis que le impidió usar para siempre su pierna derecha.
A los 16 años cursaba sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, adonde acudió el famoso pintor Diego Rivera para plasmar su mural “La Creación”, causando honda impresión en Frida.
Tiempo después sufriría un grave accidente mientras viajaba en tranvía, el cual la dejó con graves secuelas corporales. Eso no le impidió desarrollar una pasión desbordante por al arte que al contrario, se convirtió en su escape frecuente de los dolores que la obligaban a estar postrada en la cama.
Tras pasarse su recuperación pintando, le mostró algunos de sus trabajos a Rivera, quien vio potencial en ella y la conminó a seguir desarrollando su técnica.
Se casaron en 1921, contando ella con 21 años de edad y él con 46.
Su complicada relación, marcada por los excesos y las infidelidades de Diego, marcaría una enorme influencia en las obras posteriores de Frida, quien hacía un uso imperativo del color pero a la vez, se caracterizaba por retratar en base a sentimientos como la soledad, el dolor y el deseo de evadirse de la realidad.
Varios de sus cuadros son de carácter autobiográfico, mostrándola a menudo en cama o con aparatos ortopédicos. Buen ejemplo de ello es la pintura “La columna rota”, de 1944, en la cual su cuerpo se muestra semidesnudo y atravesado por una columna destrozada, entre soportes verticales.
Aunque atravesó un divorcio con rivera en 1939 y se casaron de nuevo en 1940, habrían de vivir en casas separadas y simplemente conectadas por medio de un puente. Hoy, esta construcción es conocida como el Estudio de Frida Kahlo y Diego Rivera, y se ha convertido en un atractivo museo.
Frida falleció el 13 de julio de 1954, con 47 años de edad. Su ataúd sería cubierto con la bandera del Partido Comunista, ideología con la que ella se identificaba.