Friedrich Wilhelm Nietzsche fue un filósofo, poeta, músico y filólogo de origen alemán; quien dejó para la posteridad una extensa obra digna de mención que hoy recordamos.
Ateo hasta la médula, se podría hacer una recopilación exclusiva de frases célebres en las que niega la existencia de Dios. No obstante, solo hemos recogido algunas de ellas, ya que no se pueden ignorar, formando parte de su forma de pensar y resultan casi de obligada lectura para entender más su forma de ser.
Así mismo hemos incluido otras citas famosas de diversa índole realmente interesantes y hacemos un repaso por su biografía.
1. Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.
2. Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
3. Sin música la vida sería un error.
4. No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra.
5. Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
6. El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.
7. La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
8. La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.
9. Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los «cómos».
10. La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
11. Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.
12. En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.
13. ¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?
14. El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
15. La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
BONUS
- Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
- El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza.
- La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
- Lo que no me mata, me hace más fuerte.
- Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido sólo por los elogios o por la crítica.
- El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse.
¿Quién fue Friedrich Nietzsche?
Hasta nuestros días, el nombre de Friedrich Nietzsche sigue siendo motivo de polémica y filosofía a la vez. Sus profundos escritos, tan inclinados a descifrar la naturaleza humana como negar toda existencia de dioses, siguen causando fascinación y cierta incomodidad en algunas personas que le leen.
Este personaje nació el 15 de octubre de 1844 en el pueblo de Röcken, perteneciente a Turingia en lo que por aquellos tiempos, todavía se conocía como el reino independiente de Sajonia, antes del anexo a Prusia.
Fue hijo de Karl Ludwig, pastor luterano y Francisca Oehler, quienes le darían un hermano y una hermana menores. De pequeño, a Friedrich le diagnosticaron una severa miopía.
En 1849, su padre falleció a consecuencia de una enfermedad terminal y un año después, su hermano pequeño le siguió. Ante tales circunstancias, el resto de la familia se trasladó a vivir a Naumburg para vivir con su abuela materna. Ya en ese entonces, Friedrich solía escribir sobre sus experiencias a diario. Más tarde se referiría a su infancia como la etapa más dichosa de su vida.
Conforme iba creciendo, sus problemas de visión se agravaron, a tal grado que hubo de soportar terribles dolores de cabeza y de ojos. Debido a su natural retraimiento, también le costaba trabajo hacer amigos.
Se acostumbró a estar solo.
En 1864, se matriculó en la Universidad de Bonn para cursar estudios sobre Teología y Filología Clásica, a fin de ejercer como pastor al igual que lo había hecho su padre. No obstante, solo terminó un semestre y se trasladó entonces a la Universidad de Leipzig para estudiar filología clásica.
Las influencias intelectuales (sobre todo de la cultura helénica) que recibiera durante este período, le servirían para hacer una crítica de las cuestiones religiosas, culturales y filosóficas que estaban en auge en Occidente, refiriéndose en especial a las posturas morales, ya fuera desde el lado del bien o del mal, que las personas tomaban respecto a ciertas situaciones de la vida.
Pese a su brillante inteligencia, su salud no se vio favorecida conforme se acercaba a la adultez. Con 30 años era prácticamente un inválido y a los 44 tuvo un síncope mental, que le hizo vagar en las calles de Turín, tras causar desorden en público.
Nietzsche murió en Weimar el 25 de agosto de 1900, a causa de una neumonía que se le complicó. Sus restos se incineraron en la iglesia de Röcken.