Las 15 mejores frases de Octavio Paz

Hoy hacemos un recorrido por la vida y obra de uno de los literatos mexicanos más ilustres de toda la historia: Octavio Paz.

A continuación les presentamos algunas de sus frases más célebres y una completa biografía del poeta, ensayista y diplomático mexicano…

1. Un mundo nace cuando dos se besan.

2. La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver.

3. La imaginación en libertad transforma al mundo y hecha a volar las cosas.

4. El mundo cambia si dos se miran y se reconocen.

5. Ningún pueblo cree en su gobierno. A lo sumo, los pueblos están resignados.

6. Sin democracia la libertad es una quimera.

7. En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación.

8. El amor nace de un flechazo; la amistad del intercambio frecuente y prolongado.

9. Aprender a dudar es aprender a pensar.

10. La arquitectura es el testigo menos sobornable de la historia.

11. Erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje.

12. Defender a la naturaleza es defender a los hombres.

13. La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.

14. La poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos.

15. Vivir es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre.

¿Quién fue Octavio Paz?

Su nombre es un gran referente cuando se habla de la Literatura en México. Octavio Paz nació el 31 de marzo de 1914 en Mixcoac, en plena época de las revueltas revolucionarias. Recibió una gran influencia por parte de su padre y abuelo, quienes ejercían el periodismo y expresaban siempre sus opiniones ideológicas. Esto lo impulsaría no solo a seguir una carrera en las letras, sino también a volcarse de lleno en la política.

A los 17 años fundó la publicación Barandal y dos años después, publicó un libro con el mismo nombre, el primero que había escrito.

En 1937 se traslada a Yucatán para ejercer de maestro en zonas rurales. Poco después se casaría con la escritora Elena Garro con quien coincidió en el Congreso de Escritores Antifascistas de Valencia, España.

En 1938 fundó Taller, revista en la que publicaba artículos de autores españoles que vivían en el exilio. En 1942 imparte su famosa conferencia, Poesía de soledad, poesía de comunión, en la que contó con poemas de Pablo Neruda y Xavier Villaurrutia.

En 1944 se traslada a los Estados Unidos gracias a la beca Guggenheim, donde vivió un año.

Al año siguiente viajó a París como parte del Servicio Exterior Mexicano, en donde estuvo conviviendo con intelectuales como Albert Camus y André Breton.

Durante la década de los 50 publicó varias de sus obras más importantes, entre ellas El laberinto de la soledad, que se tiene como la más conocida de su trayectoria. Otras fueron El arco y la lira, ¿Águila o sol? y Libertad bajo palabra.

No volvería a México sino hasta 1953, año a partir del cual se volcó de lleno en su actividad literaria.

Vuelve a viajar a París en 1960 y dos años después visita la India, por parte de la embajada mexicana. En 1963 ganó el Gran Premio Internacional de Poesía. En 1965 publicó Cuadrivio, volumen que compilaba cuatro ensayos acerca de Rubén Darío, Ramón López Velarde, Fernando Pessoa, y Luis Cernuda. Le siguieron en 1966, Puertas al Campo y en 1967, Corriente Alterna.

Renunció a su puesto en la embajada en 1968, tras enterarse de la matanza de los estudiantes cometida el 2 de Octubre del mismo año, bajo el mandato de Gustavo Díaz Ordaz.

Le concedieron el Premio Nobel de Literatura en 1990.

Finalmente, falleció el 19 de abril de 1998 en su ciudad natal, después de lidiar con el cáncer.

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