Ya lo decía Rocío Dúrcal en una de sus románticas canciones… «Como han pasado los años, las vueltas que dio la vida…» y es que, sin darnos cuenta, el tiempo vuela y todo cambia. No obstante, lo que queda en nosotros, sin duda, son magníficos recuerdos de momentos pasados vividos. Momentos realmente felices en los que no teníamos nada pero, a su vez, lo teníamos todo. Por eso hoy echamos la vista atrás hacia «nuestros tiempos» para ver y recordar cómo eran las cosas entonces.
Si eres de los que creciste durante las décadas de los 40’s y 80’s lo que viene a continuación te resultará familiar. Acompáñanos en este pequeño viaje en el tiempo a través de unas imágenes para recordar cómo fue nuestro camino hasta el día de hoy…
Antiguamente pasábamos todo el día en la calle a nuestro aire, si nos caíamos, nos limpiábamos la herida y seguíamos corriendo. Cuando montábamos en bicicleta llevábamos una gorra en la cabeza porque los cascos eran cosa de cobardes.
Cuando llegaba el domingo teníamos que vestirnos con nuestras mejores galas para ir a la iglesia. Todas las familias lo hacía y no había discusión al respecto.
Cuando éramos pequeños nos encantaba montarnos en un coche aunque no tuviésemos asientos. No estábamos obsesionados con el cinturón de seguridad, los airbags, los asientos de bebés, el aire acondicionado, el DVD portátil… Tener que viajar en el maletero de cualquier coche siempre era toda una aventura, y más si el camino era un poco empedrado.
Bebíamos agua de la manguera del jardín y no de las botellas de agua. Compartíamos una lata de refresco entre tres o cuatro amigos y nadie moría por ello.
Éramos capaces de divertirnos con cualquier cosa. La calle se convertía en nuestro sala de juegos particular donde queríamos pasar las 24 horas del día acompañados de nuestros amigos.
Salíamos por la mañana a jugar y no volvíamos a casa hasta que las farolas se encendían indicándonos que ya era tarde. Estábamos entretenidos todo el día sin necesitar un teléfono o una videoconsola para ello.
Con una simple cuerda o un poco de tiza se nos pasaba el tiempo en un abrir y cerrar de ojos.
No teníamos videojuegos ni 150 canales en la televisión. Por no tener, no teníamos ni películas, ni CDs… Algo tan simple como ir a tomar un helado era una auténtica fiesta.
No teníamos ni internet, ni móviles ni chats. Teníamos AMIGOS, salíamos a la calle, llamábamos a su puerta y quedábamos para jugar.
Todo el mundo subía a los árboles, se caía, se rompía algún hueso y no pasaba absolutamente nada. Con suerte te vendaban la pierna con un vendaje molón con el que poder vacilar a tus colegas.
Cuando salíamos a jugar, cogíamos bichos, jugábamos con tierra y llegábamos a casa de polvo hasta las cejas.
Cuando te regalaban una bicicleta te convertías en el rey del vecindario. Nos pasábamos las tardes pedaleando hasta la casa de nuestros amigos para jugar o simplemente para quedar y hablar un rato.
Que nuestros padres nos defendieran ante nuestros profesores como ocurre hoy en día era algo inaudito. En realidad, normalmente le solían dar la razón al profesor y le daban permiso si veían que tenían que utilizar mano dura para que aprendiésemos las lecciones.
Estas generaciones han inventado cosas extraordinarias que podemos disfrutar hoy en día. Infinidad de artistas que surgieron hace más de 50 años siguen considerándose personajes innovadores que aportaron las bases de lo que tenemos actualmente y que escuchábamos en discos de vinilo. Sin duda alguna, es una época en la que podemos sentirnos orgullosos de haber crecido y sobrevivido.
¡Por favor COMPARTE todos estos hermosos recuerdos con tus familiares y amigos!