La complicidad entre una madre y sus hijos es algo que no tiene comparación, vá más allá del simple lazo sanguíneo, es una relación de una belleza única y que, a su vez, nadie puede suplir. Quizás es por este hecho que existe el dicho de «Una madre es una madre y a ti te encontré en la calle».
Una magnífica prueba de ello es el vídeo que podéis ver a continuación. Una familia se retrasa en ir a dormir y, en medio de la noche, de repente madre e hijo se colocan uno frente del otro para dar un pequeño espectáculo hogareño, marcándose un simpático baile de surco que lleva la justa alegría para finalizar lo mejor del día. ¡Realmente maravilloso!
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